"La voz del Eco" es una muestra novedosa y vanguardista, en la que la tercera dimensión toma forma de materia orgánica y da lugar a la máxima expresión emocional, donde materia y concepto se fusionan para transmitir al espectador emociones vividas y contenidas, que se reflejan en forma de eco y recuerdos que vuelven, al ser esta su narrativa. El hilo conductor es la reutilización de materiales. La madera es el material principal, que se combina con acrílico, óleo, textil, metal y otros materiales. El color fundamenta las emociones de la obra.
La importancia de La Voz del Eco radica en que es una muestra de doble vanguardia del siglo XXI. Por un lado es una exposición de Upcycling Art (Arte Supra-Reciclado), vanguardia del Siglo XXI, representada por muy pocos artistas, tanto a nivel nacional como internacional; y por otro, es una muestra artística de pintura expandida, en la que Fernando Vicente Carreño incorpora a su obra pictórica, materiales distintos a la pintura, en gran parte desechados, transformando así los residuos en obras de arte.
En "La voz del eco" su concepto va más allá del reciclaje de materiales, al crear objetos de valor económico, cultural y social basados en una nueva fórmula de sostenibilidad que implica creatividad, diseño, innovación, y respeto por el medio ambiente y los recursos naturales a través de la reutilización, lo que aporta un nuevo uso al material sin modificar su materialidad, y alarga la vida de estos.
Por tanto, "La voz del eco" se relaciona con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: ODS 6 (Agua limpia y saneamiento: realiza un uso responsable del agua, no contribuye a su contaminación al eliminar procesos de producción; y ayuda a mantener los bosques al reutilizar madera); ODS 7 (Energía limpia y no contaminante: no emplea energía por lo que no contribuye al cambio climático); ODS 9 (Industria, innovación e infraestructura: da valor a los productos más básicos y primarios, y la muestra es resultado de innovación).
ODS 10 (Ciudades y comunidades sostenibles: contribuye a la gestión de residuos, lo que reduce el impacto medioambiental negativo y no influye en la mala calidad del aire, ayudando a construir una ciudad más limpia y sostenible); ODS 12 (Producción y consumo responsables: hace un uso sostenible de los recursos naturales al cortar las cadenas de producción y evitar la extracción de más recursos, reutiliza materiales, evita las emisiones de CO2 por lo que no aumenta la huella de carbono); ODS 13 (Acción por el clima: el uso sostenible que hace reutilizando los materiales no contribuye al cambio climático, ya que no se producen emisiones de gases invernadero).
ODS 14 (Vida submarina: evita la contaminación de los mares y océanos al reutilizar los desechos, lo que ayuda a aumentar la biodiversidad); ODS 15 (Vida de los ecosistemas terrestres: promueve la gestión sostenible de los bosques, va contra la deforestación y degradación de los suelos, lo que ayuda a generar
biodiversidad). La relación con cada uno de estos ODS es más extensa que lo detallado con anterioridad.
Fernando Vicente Carreño enseña con su muestra un uso sostenible de los recursos, a la vez que educa e invita a reflexionar al espectador sobre el futuro del planeta, y el consumo desmedido e irresponsable al que el capitalismo ha sometido a la humanidad. Sitúa así su muestra ante un giro pragmático de la ética medioambiental y ante el giro educacional, sumergido en el Arte Contemporáneo, a la vez que explora los residuos como un nuevo material de uso artístico.
Todas sus obras se conectan entre sí, como una corriente de agua, en forma de pensamiento que envuelve su silencio para visionarse mediante rostros, y ser escuchado en forma de emociones y sentimientos.
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