Pascual García Aunque ya sé de antemano que me va a decir no, porque ahora no es oportuno, no porque no lo deseemos ambos, pues a veces la...
JENNIFER FUENTES
Sin embargo, esta vez os traigo algo diferente: una ópera.
Efectivamente, Maeva Nieto utiliza la ópera de La Bohème como materia literaria para esta novela que nos hace viajar al París de la Exposición Universal, el Moulin Rouge y las huelgas y manifestaciones proletarias llena de contaminación por las fábricas y los motores a vapor. Y es que una de las licencias de este retelling es que nos encontramos ante una novela steampunk que por momentos podría ser nuestra actualidad o un futuro cercano por esa contaminación perenne y los problemas de salud que ello conlleva para los trabajadores y los ciudadanos que no se pueden permitir casas en las zonas limpias y ricas.
Seremos de cobre 264 páginas Año de publicación: 2024 Autora: Maeva Nieto Editorial: Universo Alternativo |
No obstante, todo ello no es más que el telón de fondo para una historia de quererse a sí mismo y a los demás, así como encontrar en desconocidos una red de apoyo y una amistad verdadera entre los rescoldos del dolor del trauma. Ruud acaba de llegar a París, con un empleo que espera que le ayude a conseguir el dinero para las operaciones que necesita para su espalda y se hospeda en un edificio de apartamentos lleno de bohemios: una pintora sorda con un implante coclear, un músico cuyos brazos son prótesis de metal y un filósofo con problemas de visión. Y luego está Mika, el joven ingeniero que trabaja en el edificio de al lado y cuyo sueño es volar. Inventar un vehículo con el que poder viajar por las nubes.
Preparaos para una historia sobre el ansia de libertad y de la lucha por nuestros sueños; por la necesidad de arte en nuestra vida, de la forma que sea, para disfrutar de ella y luchar por ser quienes somos, aunque haya quien no quiera verlo.
Cuestionario entrevista rápida
Medianoche para Charlie Bone de Jenny Nimmo. He de decir que a mí no me gustaba leer, pero cuando mi madre me compró ese libro en el Círculo de Lectores me entusiasmó tanto que ya no pude parar.
Esta es una pregunta difícil porque creo que mi personaje favorito va cambiando dependiendo de mi propio estado. Ahora mismo, el niño de mis ojos es Thilo, el protagonista de Una voz entre las grietas, porque me identifico mucho con lo estúpidamente cabezota que es.
Ojalá haber escrito Piranesi de Susanna Clarke. Es una maravilla de libro. Por otro lado, me muero de ganas de escribir algo basado en el folklore castellano, me gustaría mucho contar fantasía sobre nuestras propias criaturas.
GPS. Me explico, necesito un mapa porque si no sé hacia dónde voy tengo comprobado que no acabo el libro ni de casualidad. Sin embargo, aunque tenga ese mapa luego no lo sigo e improviso mucho por el camino, así que tengo que “recalcular ruta” todo el rato.
Los personajes, por lo general, me resultan mucho más fáciles de construir. Aunque eso no quita que me encante imaginar sociedades y dibujar mapas. También hay que tener en cuenta que la gran mayoría de mis libros están basados en el mundo real, por lo que mi proceso de construcción es más bien de documentación.
Depende. Hay historias para las que me he puesto música siempre y otras que he escrito en absoluto silencio. Eso sí, no puede ser música especialmente estimulante porque me pongo a bailotear. Me gusta mucho Chopin, por ejemplo.
Primero llega el chispazo, una idea resumida en una única frase, por ejemplo: “La Bohème pero es steampunk”. Luego comienzo una ardua tarea de documentación con la que empezar a crear la ambientación y averiguar todas las cosas que pueden ser de utilidad para la historia. Así se me van ocurriendo detallitos, van apareciendo los personajes, sus cualidades…
Cuando creo que tengo los ingredientes necesarios, hago la escaleta de toda la idea seguida, como un resumen de la novela, y en papel (escribir a mano me ayuda mucho). Ese resumen lo divido por capítulos o escenas y… ¡voilà, a escribir!
Lo que hacemos en las sombras, no sé cómo he podido vivir tanto tiempo sin esos vampiros desastrosos.
Ya he mencionado a Susanna Clarke, pero lo voy a hacer de nuevo porque tiene muy poquitos libros, pero son una absoluta maravilla. En un mundo en el que el ritmo de publicación es tan acelerado y muchas veces se premia la cantidad a la calidad, que exista esta autora me parece un respiro.
No soy muy de tropos, de hecho, me cuesta mucho decir los tropos que aparecen en mis novelas, pero me gustan mucho el rivals to lovers, y el grumpy x sunshine.
Creo que si tuviera que quedarme con algo sería con un colgante en forma de cruz de porcelana que me regaló mi abuela. Si lo perdiera lloraría muchísimo.
No se puede decir que sea exactamente una heroína, pero hay muchas razones por las que tengo que mencionar a Esther Greenwood, la protagonista de La campana de cristal, porque fue un personaje que llegó a mí en el momento exacto para decirme que pidiera ayuda antes de convertirme en ella. Así que a mí me salvó.
Estoy acabando la tesis doctoral así que no tengo demasiado tiempo libre, pero me encanta dibujar y pintar con acuarelas, sobre todo plantas y animales. También me relaja mucho bordar y las manualidades en general. Bueno, ¡y acabo de empezar a bailar!
Fantasía sin duda, especialmente histórica o urbana. Me divierte mucho imaginar el mundo real lleno de magia.
Soy una persona que siempre ha caminado por el mundo un poco sin rumbo fijo, pero siempre he acabado logrando pequeñas cosas que deseaba. Por eso creo que este diálogo de Alicia en el País de las Maravillas me viene muy bien:
“- ¿Podrias decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
- No me importa mucho el sitio…
- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes.
- … siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo suficiente!”