1 de octubre de 2024
CONOCIENDO NUESTRA HISTORIA. Por Francisco Jesús Hidalgo García. Cronista Auxiliar de Cehegín y Archivero Municipal
El periodo histórico que transcurre entre 1900 y 1931 es sumamente interesante en Cehegín. La revista que tratamos en este artículo es, sin duda, fiel reflejo de los años 20, donde se pone de manifiesto esa nueva mentalidad que surge en una generación que ve las cuestiones económicas y la búsqueda de soluciones a los problemas existentes, muchos endémicos, ya una manera diferente a como se ha estado gestionando hasta el momento. En estos nuevos tiempos encontramos una hornada de jóvenes emprendedores en el ámbito comercial y económico en general, lo que influyó mucho en la actividad económica local en este primer cuarto del siglo XX.
“La industria del pueblo, aparte la fabricación de alpargatas, abarca otros ramos importantísimos, cual son la elaboración de aguardientes, conservas vegetales, una nueva fábrica de mosaicos, imprenta, confiterías, garajes, aserradoras, y otros talleres de menor cuantía. El comercio de la localidad con sus bien surtidos establecimientos de tejidos, coloniales y ultramarinos, paquetería y bisutería, abonos, etc. Sus aristocráticos Casino y Peña, sus cafés, fondas y bares, y otras sociedades de recreo y enseñanza. La Caja Rural de Ahorros y Préstamos, importante entidad de crédito, cuyo funcionamiento es modelo de seriedad y perfección. El Sindicato Agrícola, la Plaza de Toros y dos teatros, Teatro Calderón y Teatro Alfaro, éste de reciente construcción, que se ha inaugurado, y del cual nos ocupamos detenidamente en la Sección de Espectáculos de está Revista.”[1]
En 1924 se elabora un proyecto de abastecimiento de agua potable para el casco urbano, algo fundamental de cara al desarrollo posterior, aunque ese abastecimiento tardará en llegar plenamente a todas las casas. En 1925 Cehegín obtiene, concedido por Alfonso XIII, el título de Ciudad y su Ayuntamiento el de Excelencia, pues había sido Ilustrísimo hasta el momento. La minería del hierro funcionaba muy bien, la alpargatería se encontraba en un alto nivel de producción, siendo una de las principales fuentes de ingresos para la población. En 1927 Cehegín se adhiere a la Mancomunidad de Canales del Taibilla, una necesaria apuesta de desarrollo, un hito fundamental en nuestra historia sin el que no podríamos entender el Cehegín del siglo XX. La feria de ganado era importante a nivel regional y el sector agropecuario, como sabemos, seguía siendo la base de la economía local. En 1927, año de fundación de esta publicación, era alcalde de Cehegín don Fidel González-Olivares y Bugella, que lo fue de 1927 a 1930, viéndose con muy buenos ojos desde el Consistorio su creación, de cara no solo a la promoción de Cehegín, sino también, de una manera más o menos directa, para hacer uso de ella en la política municipal.
Éste es, desde un punto de vista muy general, el contexto socioeconómico en el que aparece la publicación de la que hablamos.
El día 1 de agosto de 1927 salía a la luz en Cehegín esta nueva revista, titulada Industrias, Comercio y Agricultura. Los años 20 del siglo XX fueron un tiempo de cierto esplendor en el ambiente cultural ceheginero, al amparo de esa mejora económica que se venía forjando desde comienzos de siglo y de la que hemos hablado someramente. A pesar de su título, no se trataba solo de una publicación de información económica relativa a la actividad que se daba en el municipio, sino que entre sus contenidos se daba una especial dedicación a otros aspectos sociales y culturales. Así, ofrecía una lectura amena y divulgativa, incluso una sección literaria, con el ánimo de dar a conocer Cehegín y sus bondades allá donde pudiera llegar a ser leída, ya no solo a nivel comarcal sino en toda la Región de Murcia y fuera de ella. Otra cosa es que se alcanzara esa meta.
Fue creada por Antonio J. Sánchez Guerrero, que también hizo las funciones de director. La redacción se encontraba en la calle del Obispo Caparrós, número 53 de la época, vía conocida desde el siglo XVIII como la Cuesta del Parador.
Se trataba de una revista decenal, que salía a la calle el día 1, 10 y 20 del mes, y su precio era de 25 céntimos el ejemplar. El número 1 comienza con un artículo extenso, a modo de introito, escrito por el director, en el que expone argumentos y ofrece su propia opinión sobre el Cehegín del momento, la buena marcha de la economía y el comercio y la adecuada progresión en el bienestar de las gentes de este pueblo.
Dice el director en el inicio de su artículo:
“Me place inaugurar la publicación de este periódico, dedicando en el primer número su primera página de fondo a divulgar, aunque sólo sea a la ligera, puesto que en números sucesivos habrá lugar de hacerlo con más detenimiento y por plumas mejor cortadas que la mía, las excelencias, progreso y laboriosidad de este hermoso pueblo, hoy Ciudad, en donde la tierra se muestra generosa y fructífera, y su industria se desarrolla próspera y floreciente.
Quien quiera que hace algunos años, no muchos, visitara la entonces villa de Cehegín, deteniéndose a investigar las costumbres de sus habitantes, los recursos de la colectividad y el aspecto general del pueblo, y ahora nuevamente viniese a éste y se detuviese a comparar aquellas manifestaciones de la vida ceheginera con las actuales, indudablemente quedaría sorprendido y admirado del adelanto obtenido aquí en tan escaso tiempo, que ha convertido aquella humilde villa, de costumbres sencillas y aspecto pueblerino, en una excelente ciudad moderna, aseada y culta, dotada de grandes medios de progreso y pletórica de vida y riqueza.”[2]
La revista tenía 16 páginas, y estaba estructurada en varias secciones. Encontramos una cuidada portada que nos presenta un dibujo con mujeres que simbolizan a la agricultura, la sanidad, las obras y la cultura. Aparecen en la composición un barco y un tren, símbolos del comercio. En el interior ya tenemos, como decimos, diversas secciones, donde leemos artículos extensos sobre el comercio y la economía local, de opinión, colaboraciones y escritos breves, textos literarios, página humorística, esquelas, notas municipales y publicidad, entre otras. Ciertamente, la estructura interna es similar a la de un periódico, pero no da noticias de sucesos de actualidad local, regional, nacional o internacional, con la excepción de algunas notas sobre vida social. Se trata más bien de un medio divulgativo, como hemos dicho, económico-cultural destinado a ofrecer una imagen de Cehegín como pueblo en crecimiento. No hay críticas a la gestión municipal, o son escasas, y es por eso que creemos en el apoyo municipal a la misma, del mismo modo que sucedió con el periódico Cehegín (1911-1912) durante la alcaldía de don José de Béjar y Ciller. Este tema resulta muy interesante de destacar porque hay algún artículo en la revista donde esta idea de la influencia municipal, o al menos de que se trata de un medio cercano a la alcaldía del momento, parece más que evidente.
Lo cierto es que su presencia en la calle fue efímera, solo la encontramos en este año 1927. Sin embargo, sus páginas son sumamente ilustrativas sobre la política y sociedad del momento, la cultura y su relación con aquel Cehegín. En el número 1 encontramos una detallada descripción relativa al recientemente inaugurado teatro Alfaro, las compañías que venían a hacer teatro o zarzuela, y las representaciones de importantes compañías nacionales.
“TEATRO ALFARO
Terminado este bonito Coliseo, en el que su propietario ha derrochado el dinero y su buen gusto, haciendo un magnífico teatro elegante y como todo en el que no falta detalle, ni requisito, ni exigencia que no hayan sido tenidos en cuenta en su construcción, solo faltaba elegir una compañía que hiciera su inauguración, dejando de esta fecha un recuerdo grato e imperecedero. Y a contratarla fue el Sr. Alfaro a distintas poblaciones donde actuaban compañías de reconocido renombre, pudiendo al fin ultimar compromiso con la de zarzuela, operetas y revistas que dirige el primer actor D. Luis Bori, compañía que estaba actuando con gran éxito en el teatro Apolo de Valencia.”[3]
Dedicaba la revista una parte a la literatura, con un destacado lugar para la poesía. En estas páginas escribieron algunos de los mejores poetas cehegineros de aquel tiempo. También, en esta sección aparecían poemas de autores ya fallecidos, vates de buen nivel literario, como Jesús Hernández Puerta o Juan Miguel García Porcel.
Lance de Amor[4]
Era una oscura y lóbrega calleja:
suenan las dos en el reloj cercano,
y una dama de rostro soberano
el busto asoma tras dorada reja...
Del fondo de la calle una pareja
de hombres se acerca...
En la diestra mano esgrimen el acero toledano
que en la luz de la luna se refleja...
Miran los dos a la mujer hermosa
que se oculta un momento ruborosa
y las espadas chocan en el viento…
Quedando de tal lance y a tal hora:
un galán que huye, una mujer que llora,
y enmedio de la calle un hombre muerto.
Juan Miguel García Porcel. No cabe duda de que esta apuesta de Antonio J. Sánchez Guerrero fue un tanto arriesgada pero lógica, teniendo en cuenta el momento que se vivía en Cehegín desde el punto de vista económico y cultural. Ciertamente, también tuvo mucho que ver en la idea de un personaje como éste, con una visión moderna y emprendedora, el que fuese propietario de la imprenta “La Moderna”, en Cehegín. Ello abarataba enormemente los costes de modo que, en sí mismo, este proyecto de revista tenía unas buenas perspectivas de cara al futuro. Sin embargo, no fue así. Su presencia fue casi un visto y no visto. No se consiguió una aceptable cantidad de suscriptores, y la revista no acabó de funcionar. Tenía todos los moldes necesarios para llegar a resultar rentable, pero no fue así. En aquel momento había un buen surtido de revistas y periódicos, fundamentalmente de índole comarcal, regional y nacional y, al parecer, esta publicación no encontró su lugar en un mercado ya muy cubierto, puesto que si no era posible obtener suscripciones y un notable beneficio económico en toda la comarca, no parecía posible su mantenimiento, puesto que solo con los lectores del término de Cehegín difícilmente se podía alcanzar lo previsto por su fundador. No obstante, a pesar de su brevedad en el tiempo, se trató de una revista notable que pudo haber tenido un mejor futuro.
[1] Sánchez Guerrero, Antonio J. Revista Industrias, Comercio y Agricultura. Nº 1, pag. 2. Año 1927.
[2] Sánchez Guerrero, Antonio J. Revista Industrias, Comercio y Agricultura. Nº 1, pag. 1. Año 1927.
[3] Revista Industrias, Comercio y Agricultura. Nº 1, pag. 9. Año 1927.
[4] García Porcel, Juan Miguel. Revista Industrias, Comercio y Agricultura. Nº 1. pag. 7. Año 1927.
